La política arancelaria de Trump hacia China fue una implementación radical de su agenda de "Estados Unidos primero". – A partir de 2017, impuso una serie de altos aranceles a las importaciones chinas, con el objetivo de reducir el déficit comercial, impulsar la fabricación nacional y crear empleos. – Estos movimientos también atendieron a ciertos grupos de interés internos y a la política electoral. – En su segundo mandato, firmó una orden ejecutiva en febrero de 2025 que imponía un arancel del 10% a los productos chinos, seguida de una orden de "arancel recíproco" en abril, elevando la tasa al 34%. – Estas políticas afectaron gravemente a las exportaciones de China a Estados Unidos, provocando pérdidas de pedidos e interrupciones en la cadena de suministro. – En respuesta, China tomó contramedidas y se expandió a diversos mercados. – La comunidad internacional se opuso firmemente a las acciones de Estados Unidos, que socavaron el sistema multilateral de comercio mundial. La estrategia arancelaria de Trump remodeló significativamente las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China y agregó una incertidumbre duradera a la economía global, convirtiéndola en un tema clave de preocupación mundial.