Autor: Matteo Aquilina, Giulio Cornelli, Jon Frost y Leonardo Gambacorta
Compilado por: Yan Zilin
En abril de 2025, el BPI publicó el artículo "Criptomonedas y finanzas descentralizadas: funciones e implicaciones para la estabilidad financiera", que explora el papel de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi) en la replicación de las funciones económicas básicas de las finanzas tradicionales (TradFi). También analiza los riesgos para la estabilidad financiera que plantea su mecanismo único. El documento revisa sistemáticamente desarrollos clave como los contratos inteligentes, los exchanges descentralizados (DEX), las stablecoins y las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC), y señala que, si bien sus impulsores económicos subyacentes son similares a los de las finanzas tradicionales, DeFi ha dado lugar a nuevos problemas como la asimetría de la información, los fallos del mercado y las "criptomonedas" en los mercados emergentes. Los autores proponen que la regulación debe diferenciarse, como la incorporación de reglas en los contratos inteligentes y el fortalecimiento de la supervisión de las stablecoins, para mitigar los riesgos sistémicos. Al mismo tiempo, el documento construye un marco regulatorio prudencial que tiene como objetivo promover la innovación y mantener la estabilidad del sistema financiero. El estudio también destaca futuras direcciones de investigación, como la mejora de la vinculación entre DeFi y TradFi, el impacto macro de las "criptomonedas" en las economías emergentes y la protección de los participantes del mercado DeFi. La parte central de la investigación ha sido compilada por el Instituto de Tecnología Financiera de la Universidad China Minmin.
I. Introducción
Blockchain se considera una innovación clave en la seguridad de los datos digitales. Aunque el concepto ha existido durante décadas, la primera cadena de bloques pública fue creada en 2008 por un individuo o grupo bajo el seudónimo de "Satoshi Nakamoto". Su fecha oficial de nacimiento es el 31 de octubre de ese año, que es la fecha de publicación del libro blanco de Bitcoin. Dos meses después, Bitcoin se lanzó oficialmente y su primer bloque se llamó "bloque génesis". Desde entonces, los criptoactivos han experimentado múltiples auges y caídas, y algunos de los primeros actores han acumulado una riqueza significativa como resultado, mientras que la mayoría de los inversores minoristas han sufrido pérdidas significativas.
Aunque los activos criptográficos aún no han logrado completamente la función de pago que se había imaginado originalmente, han hecho avances significativos desde su creación. Han surgido múltiples nuevas cadenas de bloques, y miles de activos criptográficos se han construido sobre ellas. La aparición de la cadena de bloques de Ethereum en 2015 se considera un avance tecnológico clave, ya que permite a los desarrolladores desplegar aplicaciones de software descentralizadas, lo que permite a los usuarios acceder a servicios financieros como transacciones y préstamos sin intermediarios, y esta serie de servicios se conoce como finanzas descentralizadas (DeFi).
Con el desarrollo de los activos criptográficos y DeFi, las autoridades regulatorias de varios países y organizaciones internacionales han comenzado a abordar los desafíos que presentan. Inicialmente, debido al tamaño relativamente pequeño del mercado de criptomonedas, la respuesta en el ámbito político se limitó principalmente a advertencias sobre sus características especulativas. Sin embargo, en los últimos años, a medida que el mercado se ha ampliado y se han profundizado los vínculos con el sistema financiero tradicional (TradFi), la intervención política ha ido en aumento. A nivel internacional, instituciones como el Banco de Pagos Internacionales (BIS), el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) han publicado varios informes y han propuesto recomendaciones regulatorias. A nivel nacional, las autoridades regulatorias también se han vuelto cada vez más activas, comenzando a desarrollar políticas específicas para abordar el crecimiento de las criptomonedas y DeFi.
Este capítulo tiene como objetivo explicar las funciones financieras que los activos criptográficos y DeFi intentan realizar, abarcando blockchain, activos criptográficos, aplicaciones DeFi, stablecoins y nuevas monedas de bancos centrales, entre otros contenidos, y construyendo un marco conceptual para evaluar su impacto en la estabilidad financiera, señalando que el marco regulatorio financiero tradicional existente puede ser aplicable a estas innovaciones tras los ajustes adecuados. Además, se explora la necesidad de implementar una regulación prudencial para los activos criptográficos, especialmente en contextos donde interactúan con el sistema financiero tradicional o se requiere una respuesta directa a los riesgos de DeFi, y se realiza una evaluación prospectiva sobre las direcciones futuras de investigación.
Dos, Innovación en Criptomonedas y sus Funciones Financieras
Mecanismos de funcionamiento de la blockchain y características de uso de los activos criptográficos
La blockchain tiene como objetivo reducir la dependencia de las entidades centralizadas para la verificación de transacciones, combinando criptografía con mecanismos de incentivos económicos. Su esencia es una base de datos distribuida de "solo adición", que registra continuamente bloques de datos ordenados, y es mantenida en conjunto por algunos participantes de la red (como mineros o validadores) para garantizar la integridad de los datos. Cada nodo posee una copia completa de la blockchain, asegurando la descentralización de la red.
En el sistema bancario tradicional, las transferencias de fondos dependen de intermediarios para completar la verificación de la cuenta y las transferencias de fondos. En el sistema blockchain, las transacciones son enviadas por los usuarios a un grupo de transacciones para ser confirmadas y transmitidas a toda la red. Los participantes de la red compiten para agregar nuevos bloques resolviendo acertijos criptográficos computacionalmente intensivos, y una vez que un nodo completa la verificación y escribe con éxito un nuevo bloque, otros nodos pueden verificar y actualizar rápidamente el libro mayor local para lograr el consenso de la red. El nuevo bloque contiene el resumen cifrado del bloque anterior, formando una estructura de cadena para garantizar que cualquier manipulación deba ser aceptada por toda la red, a fin de garantizar la irreversibilidad y la resistencia a la manipulación de los datos. Para incentivar a los nodos a participar en este proceso intensivo en recursos, el sistema ofrece criptomonedas recién emitidas o tarifas de transacción pagadas por el usuario como recompensa.
A pesar de que el objetivo inicial de las criptomonedas era servir como medio de pago, su función de pago aún no se ha realizado de manera amplia. En la realidad, muy pocos hogares utilizan criptomonedas para pagar bienes o servicios. En contraste, el papel de las criptomonedas en las actividades especulativas es mucho más significativo. La intensa volatilidad de los precios ha atraído a una gran cantidad de inversores en busca de altos rendimientos, especialmente durante los períodos de aumento de precios, donde la frecuencia y cantidad de usuarios que utilizan plataformas de intercambio de criptomonedas han aumentado significativamente, mostrando una alta relación de interconexión entre las tendencias de precios y la actividad de los inversores. En general, los activos criptográficos se han utilizado principalmente para inversiones de alto riesgo, en lugar de pagos cotidianos.
Estructura y función de las finanzas descentralizadas
Después del nacimiento de la cadena de bloques de Bitcoin, el ecosistema de las criptomonedas se expandió rápidamente, y el primer desarrollo importante fue el auge de los intercambios de criptomonedas, que permitieron a los usuarios intercambiar Bitcoin por monedas fiduciarias, atrayendo a una gran cantidad de nuevos usuarios e impulsando la volatilidad de los precios. Posteriormente, Ethereum se lanzó en 2015, y su principal innovación radica en la introducción de los "contratos inteligentes", que permiten a los desarrolladores desplegar aplicaciones descentralizadas en la cadena para la ejecución de transacciones automatizadas activadas condicionalmente. Este mecanismo ha llevado a la formación de un ecosistema de finanzas descentralizadas (DeFi).
La arquitectura técnica de DeFi se puede dividir en cuatro niveles: blockchain, contratos inteligentes, protocolos y aplicaciones descentralizadas (Dapps). Los protocolos están compuestos por múltiples contratos inteligentes, que sirven para propósitos específicos, como el comercio descentralizado, los préstamos y la gestión de activos; mientras que las Dapps proporcionan a los usuarios interfaces intuitivas, simplificando la interacción con los protocolos, y son el punto de acceso real en el sistema DeFi.
Los sistemas DeFi intentan replicar seis funciones centrales de las finanzas tradicionales: liquidación de pagos, agregación de fondos, asignación de recursos en el tiempo, gestión de riesgos, descubrimiento de precios e integración de información, así como mitigar el problema de asimetría en los incentivos. Por ejemplo, los intercambios descentralizados (DEXs) soportan transacciones de activos sin intermediarios, simulando la función de descubrimiento de precios del mercado; los protocolos de préstamos proporcionan la asignación de fondos a través de sobrecolateralización; las plataformas de gestión de activos y la agricultura de rendimiento permiten a los usuarios invertir conjuntamente y arbitrar entre múltiples plataformas, replicando los mecanismos de recaudación de fondos y asignación de activos en las finanzas tradicionales; además, los protocolos de derivados y seguros corresponden respectivamente a la función de gestión de riesgos.
Sin embargo, a pesar de que DeFi imita estructuralmente las finanzas tradicionales, su papel en la economía real sigue siendo muy limitado. Actualmente, DeFi prácticamente solo sirve a la ecología interna de las criptomonedas y no ha apoyado de manera efectiva la financiación de la economía real, la cobertura de riesgos o la comercialización de productos innovadores. Al mismo tiempo, las actividades de DeFi son altamente especulativas, y los usuarios participan en el comercio principalmente con el objetivo de obtener una apreciación de los tokens. Esta característica de "auto-ciclo" limita su extensión funcional y también resalta la brecha entre su efectividad real y la conexión económica con las finanzas tradicionales.
Evaluación de tipos y funciones de las stablecoins
Las stablecoins son una clase de tokens criptográficos diseñados para lograr un intercambio equivalente con monedas fiduciarias como el dólar estadounidense, con el objetivo de proporcionar la capacidad de canje uno a uno bajo demanda. Debido a su estabilidad de precios, las stablecoins suelen considerarse más seguras que las criptomonedas no garantizadas y se promocionan ampliamente como un medio de intercambio clave en el ecosistema criptográfico.
Según el mecanismo de mantenimiento del valor, las stablecoins se pueden dividir en tres categorías:
La primera categoría son las stablecoins respaldadas por moneda fiduciaria, como Tether y USD Coin, que dominan el mercado. Estas stablecoins utilizan activos denominados en dólares a corto plazo (como bonos del Tesoro de EE. UU., papel comercial de alta calidad, acuerdos de recompra y depósitos bancarios) como reservas, y su estructura de activos es muy similar a la de los fondos del mercado monetario (MMFs).
La segunda categoría son las stablecoins respaldadas por activos criptográficos, como Dai, que utilizan criptomonedas en lugar de moneda fiduciaria como garantía para mantener su valor anclado, donde las "stablecoins descentralizadas" dependen aún más de contratos inteligentes para gestionar automáticamente las garantías criptográficas.
La tercera categoría son las stablecoins respaldadas por algoritmos, como el ya colapsado TerraUSD, que ajusta la oferta de tokens a través de algoritmos para lograr un anclaje de precios. Sin embargo, en la práctica, este mecanismo es vulnerable a los choques de la confianza del mercado, lo que conlleva graves riesgos sistémicos.
Si bien las stablecoins a menudo se promocionan como una herramienta para facilitar los pagos transfronterizos y eludir las altas tarifas de los sistemas tradicionales, en realidad, sirven más como una rampa de entrada a los mercados DeFi y de criptomonedas. Además, no hay pruebas concluyentes que respalden su función de "activo refugio". Estudios recientes han demostrado que las stablecoins respaldadas por fiat, que representan más del 90% del total, también han experimentado salidas ante las perturbaciones del mercado de criptomonedas y de la política monetaria de Estados Unidos, lo que sugiere que son incapaces de proporcionar una mitigación eficaz del riesgo durante las turbulencias del mercado.
Desarrollo y diseño de las nuevas monedas digitales de los bancos centrales
Además de las monedas estables, las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) como nuevas herramientas de pago digital también están avanzando rápidamente a nivel mundial. Las CBDC se valoran en la moneda nacional y constituyen una obligación directa del banco central, pudiendo considerarse como una forma digital de efectivo físico o reservas de bancos comerciales.
Las CBDC se dividen principalmente en dos categorías: una es la CBDC mayorista, que se utiliza para las transacciones entre instituciones financieras, y algunas utilizan la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) y la tokenización, que pueden considerarse como "reservas tokenizadas del banco central"; La segunda es una CBDC minorista, que está orientada al público en general (hogares y empresas) y es funcionalmente similar al dinero electrónico. A diferencia del dinero electrónico existente, las CBDC minoristas están respaldadas directamente por el banco central y tienen una mayor seguridad crediticia.
Actualmente, solo tres países en el mundo, las Bahamas, Nigeria y Jamaica, han lanzado oficialmente CBDC de tipo minorista, y más de 25 países han entrado en la fase de prueba. La investigación ha encontrado que las economías con alta penetración de tecnología móvil y gran capacidad de innovación también tienen un mayor avance en sus CBDC; los CBDC minoristas son más fáciles de implementar en países donde la economía informal tiene una gran proporción, mientras que los CBDC mayoristas están correlacionados positivamente con el nivel general de desarrollo financiero.
A nivel de diseño, las CBDC reflejan la diversidad. En primer lugar, en cuanto a la arquitectura del sistema, la mayoría de los países prefieren un modelo de "arquitectura híbrida" o de "dos niveles", en el que el banco central se encarga de la emisión y la contabilidad, y el sector privado se encarga de los servicios de interfaz con el cliente. Un puñado de países están explorando una arquitectura "directa" que pueda aplicarse al objetivo de la inclusión financiera. En segundo lugar, la infraestructura puede basarse en bases de datos centralizadas tradicionales o tecnologías de contabilidad distribuida, y la mayoría de los bancos centrales prefieren soluciones que equilibren la eficiencia y la resiliencia. En tercer lugar, en términos de mecanismo de acceso, el banco central comercia entre el "sistema de cuentas" y el "sistema de tokens", y la mayoría de ellos exploran el sistema de cuentas o el modelo híbrido: las transacciones pequeñas se pueden utilizar de forma anónima y las transacciones grandes deben identificarse. Por último, el diseño del uso transfronterizo también ha atraído cada vez más atención, y cada vez más proyectos han comenzado a considerar el uso de no residentes y los escenarios de pago transfronterizos.
En general, el desarrollo de las CBDC muestra que los organismos reguladores están tomando medidas activas para mejorar la eficiencia de los pagos, fortalecer la soberanía monetaria y adaptarse a las tendencias digitales. Las elecciones de diseño también reflejan una consideración integral de la tecnología, la flexibilidad y los objetivos de política.
Tres, la base teórica de la regulación prudencial de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas
La base clásica de la regulación del mercado en la teoría económica radica en la existencia de "fallas del mercado", es decir, el mecanismo de funcionamiento del mercado por sí mismo no puede lograr la asignación óptima de recursos, lo que requiere intervención política para mejorar la eficiencia general. Esto es especialmente cierto en los mercados financieros, ya que dependen en gran medida de la simetría de la información, los mecanismos de confianza y la estabilidad del sistema. Una vez que estas condiciones se ven comprometidas, el mercado puede generar externalidades graves, lo que a su vez puede impactar en toda la economía.
Esta lógica de regulación también se aplica a nuevos intermediarios financieros como DeFi. Aunque los sistemas DeFi utilizan una arquitectura innovadora, todavía existen múltiples fallos potenciales en el mercado durante su funcionamiento, incluyendo, pero no limitado a, asimetría de información, distorsiones en los mecanismos de incentivos y externalidades sistémicas. Por esta razón, el ámbito de las finanzas criptográficas también necesita implementar una regulación prudente correspondiente para mitigar los riesgos derivados de estos fallos, prevenir que el comportamiento individual evolucione hacia un impacto sistémico y mantener la estabilidad de todo el sistema financiero.
Externalidad
La externalidad se refiere a los costos o beneficios que una transacción genera en terceros que no participan en la transacción. En los mercados financieros, la externalidad negativa puede ser extremadamente grave, incluso llevando a un colapso total del mecanismo de intermediación financiera. Los problemas de información son una fuente importante de externalidad, manifestándose en que la información que poseen los participantes del mercado no es suficiente para respaldar decisiones racionales, o que una de las partes en la transacción tiene información asimétrica en comparación con la otra parte antes y después de la transacción.
Una forma típica de externalidad en los mercados financieros es el "efecto dominó de incumplimiento": cuando una parte incumple, su contraparte, al sufrir pérdidas, también puede verse incapaz de cumplir, lo que provoca inestabilidad sistémica. Debido al papel central del sistema financiero en la asignación de recursos, dichos incumplimientos en cadena pueden extenderse a la economía real, como una drástica reducción en la oferta de crédito, lo que a su vez puede inhibir el crecimiento económico. Más importante aún, este daño a menudo afecta a entidades que inicialmente no estaban relacionadas con el evento de incumplimiento, haciéndolas asumir costos externos. Precisamente porque los costos de incumplimiento pueden ser externalizados, las instituciones financieras a menudo enfrentan un desequilibrio de incentivos, inclinándose a asumir mayores riesgos.
Los eventos de volatilidad en los mercados financieros en los últimos años indican que los incumplimientos en cadena no son el único canal generado por externalidades. Una gran cantidad de instituciones financieras no bancarias también pueden convertirse en fuentes de inestabilidad, especialmente durante el proceso de desapalancamiento, donde sus acciones de venta de activos pueden provocar una caída en espiral de los precios, formando lo que se denomina "externalidad monetaria".
Las externalidades sistemáticas están ampliamente presentes en las diversas funciones del sistema financiero, especialmente en las funciones de pago y liquidación y en la asignación intertemporal de recursos. Si la primera falla, tendrá un efecto en cadena sobre otros aspectos del sistema financiero; la segunda, debido a la alta interconexión de la red de relaciones crediticias, es más probable que provoque un efecto contagioso en caso de incumplimiento. A pesar de que DeFi ha introducido contratos inteligentes y mecanismos de liquidación atómica, lo que ha reducido en cierta medida algunos tipos de riesgos de externalidad, los participantes clave del sistema (como las stablecoins y sus emisores) aún pueden convertirse en nodos de transmisión de riesgo sistémico, lo que requiere atención regulatoria.
Problemas de información
Los problemas de información son ampliamente comunes en los mercados financieros, principalmente manifestándose en dos situaciones: la falta de información y la asimetría de información. En el ámbito de los activos criptográficos y las finanzas descentralizadas (DeFi), estos problemas son especialmente pronunciados, obstaculizando gravemente el funcionamiento eficiente del mercado y la adecuada asignación de recursos.
2.1. Información insuficiente
La información insuficiente se refiere a la falta de información crítica que necesitan los participantes en el mercado para tomar decisiones racionales, que puede deberse a la falta de incentivos para la divulgación o a la complejidad del propio producto financiero. Muchos productos financieros son multidimensionales y su verdadera calidad suele tardar mucho tiempo en hacerse evidente. En DeFi, un problema similar es particularmente pronunciado. Por ejemplo, el funcionamiento de un contrato inteligente depende de condiciones de entrada específicas, y su comportamiento se ajustará dinámicamente a medida que cambie el entorno económico, lo que dificultará que los usuarios predigan su rendimiento futuro. Al mismo tiempo, los inversores casi ignoran los antecedentes, las capacidades técnicas o las motivaciones de comportamiento del equipo de desarrollo detrás de la Dapp, e incluso si hay divulgación de información, es difícil juzgar su autenticidad y verificabilidad.
Otro desafío informático proviene del uso de los "oráculos". Los oráculos son responsables de llevar datos del mundo real fuera de la cadena a la blockchain para que los contratos inteligentes los utilicen. Sin embargo, si los oráculos realmente cumplen con el principio de descentralización sigue siendo controvertido. Un sistema de oráculos completamente descentralizado podría introducir mecanismos de consenso prolongados y complejos, lo que reduciría la eficiencia de las transacciones y aumentaría la carga computacional del sistema, perjudicando el rendimiento general.
2.2. Información asimétrica
La asimetría de información puede llevar a una disminución de la eficiencia del mercado, como una reducción en la producción, un deterioro de la calidad del producto e incluso provocar un colapso del mercado. En el ecosistema DeFi, la innovación de productos es rápida y la estructura es compleja, lo que dificulta a los usuarios distinguir de manera efectiva entre los diferentes proveedores de servicios basándose en la calidad, lo que permite que productos de baja calidad e incluso proyectos fraudulentos persistan durante mucho tiempo. A pesar de que los precios y los datos de transacciones en la blockchain son transparentes, los consumidores aún enfrentan problemas como la falta de información histórica, la dificultad de rastrear la reputación de los desarrolladores, la falta de documentos de divulgación sistemática y la ausencia de medios efectivos para comparar productos.
Además, muchas aplicaciones DeFi se basan en organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) para la gobernanza, cuya estructura interna es compleja y con responsabilidades y derechos poco claros, lo que dificulta a los usuarios externos identificar quién tiene el poder de decisión sustantivo, quién es responsable de los resultados de la gobernanza o quién posee ventajas informativas más allá de los usuarios regulares. Esto agrava aún más el problema de la asimetría de información, debilita la base de confianza del mercado y aumenta el riesgo sistémico.
Mecanismos de mitigación de fallos del mercado
La existencia de fallos de mercado no implica necesariamente la necesidad de una intervención reguladora. En algunos casos, el propio mecanismo de mercado puede mitigar el impacto del fracaso mediante la innovación tecnológica o el ajuste estructural, o el propio fracaso puede tener un impacto pequeño y no requiere una intervención sistemática. Por lo tanto, la necesidad de una intervención regulatoria debe juzgarse de manera integral sobre la base de las funciones del mercado, los tipos de fallas y las medidas de mitigación existentes.
Desde la perspectiva de la función económica, DeFi y las finanzas tradicionales (TradFi) se enfrentan a motivaciones regulatorias similares en muchos aspectos, como las externalidades sistémicas, la información insuficiente y la asimetría, pero existen diferencias significativas en los mecanismos de afrontamiento entre ambas. En términos de pago y compensación, TradFi mitiga los riesgos a través de la supervisión prudencial, el seguro de depósitos y el papel del prestamista del banco central de última instancia, mientras que DeFi puede lograr la liquidación instantánea, pero carece de un mecanismo de protección eficaz para los activos sistémicos como las stablecoins. En términos de agregación y asignación de capital, TradFi se basa en la divulgación obligatoria de información y en intermediarios fiduciarios para proteger los derechos e intereses de los inversores, mientras que DeFi se basa principalmente en contratos inteligentes y divulgación voluntaria (como libros blancos), y la calidad y transparencia de la información son generalmente bajas. En cuanto a la función crediticia y la gestión del riesgo, TradFi se centra en la supervisión prudencial, la presentación de informes reglamentarios y los mecanismos centrales de garantía, mientras que DeFi se basa en la sobrecolateralización y en los mecanismos on-chain para el control del riesgo, pero carece de una evaluación crediticia sistemática y de mecanismos de aplicación legal. En términos de agregación de información de precios y restricciones de incentivos, aunque DeFi puede lograr un cierto grado de integración de información a través de contratos en cadena, en la práctica, la divulgación selectiva de información es grave y falta el mecanismo de control de calidad.
3.1. Externalidades y riesgo sistémico
El mecanismo del mercado tiene una capacidad limitada para corregir externalidades, especialmente en situaciones donde los incentivos privados y sociales son inconsistentes. Por lo tanto, TradFi depende de la intervención del poder público para estabilizar el sistema a través de una regulación prudente, requisitos de gestión de riesgos, seguros de depósitos e intervención del banco central. En DeFi, por otro lado, los mecanismos de las stablecoins (especialmente las stablecoins algorítmicas) son frágiles y han experimentado múltiples eventos de colapso, constituyendo una fuente de riesgo de contagio para el sistema.
Además, el alto grado de anonimato en DeFi reduce las limitaciones de reputación de los participantes y mejora la motivación para los comportamientos de alto riesgo. La relación crediticia se basa en garantías muy volátiles y carece de un mecanismo de crédito del prestatario. Una vez que el mercado caiga, desencadenará la liquidación automática, que a su vez impulsará la depreciación simultánea de los activos colaterales de otras plataformas, formando una "externalidad de precios" y un bucle de retroalimentación sistémica. El alto grado de componibilidad entre los protocolos DeFi exacerba aún más la vulnerabilidad de la red, y las fallas de los nodos locales pueden tener un efecto de aumento en múltiples redes, causando una gama más amplia de choques en el sistema.
3.2. Problemas de información y mecanismos de divulgación
A pesar de que la blockchain en sí misma tiene un cierto grado de transparencia de la información, los sistemas DeFi todavía presentan deficiencias significativas en la mitigación de problemas de información. En primer lugar, la información disponible no significa que sea comprensible o utilizable. La divulgación de información necesita ser estructurada y estandarizada para ayudar a los usuarios a tomar decisiones racionales. Sin embargo, la forma de divulgación en DeFi a menudo es un "libro blanco" voluntario y no estandarizado, cuyo contenido es en su mayoría material de marketing, carece de garantía de veracidad y no es comparable. Peor aún, la información en el sitio web del proyecto a menudo no coincide con los términos que los usuarios realmente aceptan.
En segundo lugar, hay una gran brecha de información fuera de la cadena en DeFi, como la identidad de los desarrolladores, el historial técnico, los registros de cumplimiento, etc., que a menudo se ocultan, y los usuarios no pueden identificar su credibilidad o motivaciones de comportamiento. En casos más extremos, como el "rug pull", los desarrolladores huyen con los fondos después de emitir tokens. Este tipo de eventos también ocurren en TradFi, pero al menos los usuarios pueden responsabilizarlos a través de vías legales; mientras que en DeFi, debido a la anonimidad y la naturaleza transfronteriza, es casi imposible responsabilizarlos, lo que amplifica significativamente el riesgo de asimetría de información.
En resumen, aunque el sistema DeFi ha introducido nuevos mecanismos de mitigación de riesgos en algunos aspectos (como la liquidación atómica, la ejecución de contratos inteligentes, etc.), todavía presenta deficiencias en la divulgación de información, la distribución de riesgos, la estructura de gobernanza y el control de externalidades, lo que requiere urgentemente el diseño de un marco de intervención regulatoria que se adapte a sus características estructurales.
Cuatro, el marco conceptual del impacto en la estabilidad financiera
En el texto anterior se señala que la lógica regulatoria de las finanzas tradicionales (TradFi) también se aplica a las finanzas descentralizadas (DeFi). Sin embargo, en relación con los desafíos que presentan los activos criptográficos, existe un debate activo en el ámbito académico y regulador, centrado en cómo corregir la falla del mercado, sin sofocar el potencial impulso innovador y al mismo tiempo reducir eficazmente el riesgo para los participantes del mercado y todo el sistema financiero. Aquilina, Frost y Schrimpf (2024b) resumen las estrategias actuales de respuesta en tres caminos de alto nivel: "prohibición", "aislamiento" y "regulación".
La estrategia de "prohibición" es defendida en gran medida por los defensores de la opinión de que los criptoactivos y DeFi tienen poco valor real y plantean riesgos significativos para el sistema financiero y los consumidores. Sin embargo, esta sección se centra tanto en las estrategias de "aislamiento" como en las de "regulación", ya que una prohibición general no es factible ni redunda en beneficio de los interesados. Las prohibiciones son difíciles de implementar, en parte porque la naturaleza global de los criptoactivos permite que la industria se traslade fácilmente a jurisdicciones no prohibitivas; Al mismo tiempo, algunas aplicaciones de criptomonedas y DeFi contienen un potencial de innovación beneficioso y tienen un valor de aplicación futuro.
Sobre la estrategia de "aislamiento", su objetivo es separar los riesgos del sistema financiero tradicional del ámbito de las criptomonedas. Algunos partidarios argumentan que los reguladores deberían "dejar que los activos criptográficos se desarrollen y mueran por sí mismos", evitando otorgarles legitimidad a través de la regulación (Cecchetti y Schoenholtz, 2022a); mientras que el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS, 2022), que forma parte del Banco de Pagos Internacionales, se centra más en prevenir el riesgo de desbordamiento del ecosistema criptográfico hacia el sistema financiero tradicional.
La estrategia de "regulación" aboga por adoptar un marco regulatorio similar al de las finanzas tradicionales para abordar los problemas de fallos de mercado mencionados anteriormente (Makarov y Schär, 2022). Para explorar cómo implementar las estrategias de "aislamiento" y "regulación", se puede partir de los cuatro canales de transmisión de DeFi a la economía real identificados por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, 2023a): (1) la exposición de las instituciones financieras a los activos criptográficos, productos financieros relacionados y el impacto de los activos criptográficos en la economía real; (2) el efecto de confianza; (3) el efecto riqueza derivado de la volatilidad del valor de mercado de los activos criptográficos; (4) el grado de uso de los activos criptográficos en los pagos y liquidaciones.
Además, será interesante observar el uso potencial de contratos inteligentes en las finanzas tradicionales, los riesgos de la criptoización para las economías emergentes y en desarrollo (EMDE) y cómo proteger los intereses de los participantes del mercado DeFi incluso en ausencia de efectos indirectos significativos. En conjunto, estos factores constituyen una cuestión clave para la construcción de un marco regulatorio y de aislamiento de riesgos eficaz.
La relación entre los activos criptográficos y las finanzas tradicionales y la economía real
Actualmente, la conexión entre los activos criptográficos y las finanzas descentralizadas (DeFi) con las finanzas tradicionales (TradFi) y la economía real es bastante limitada, pero ha aumentado en los últimos años y podría seguir expandiéndose en el futuro. En 2024, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. aprobó ETFs relacionados con Bitcoin y Ethereum, facilitando la participación de los inversores y profundizando la conexión entre los bancos, los corredores y el mercado de criptomonedas.
La tokenización de activos reales también impulsará el desarrollo de esta conexión, digitalizando más activos y comerciándolos en DeFi. Las instituciones financieras tradicionales y la infraestructura, como los intercambios descentralizados, podrían integrarse gradualmente en el sistema financiero convencional. Esto no solo ampliará las conexiones existentes, sino que también podría generar nuevos riesgos y canales de transmisión. Por ejemplo, los eventos de presión en el sector bancario de EE. UU. en 2023 se debieron en parte a la exposición indirecta de los bancos a grandes actores del mercado de criptomonedas.
En cuanto a la regulación prudente, se debe adoptar una estrategia de "aislamiento" para prevenir que los riesgos de los activos criptográficos se propaguen hacia las finanzas tradicionales y la economía real. Las instituciones financieras, especialmente los bancos, deben establecer mecanismos de gestión de riesgos completos, prestando atención a la volatilidad de precios y a los riesgos de pasivos potenciales. Además, las aplicaciones de blockchain en áreas no financieras, como la gestión de la cadena de suministro, también deben tener la capacidad de enfrentar interrupciones del sistema y riesgos de ciberseguridad.
A medida que los activos criptográficos se fusionan más profundamente con las finanzas tradicionales y la economía real, las regulaciones relacionadas deben ser coherentes con las finanzas tradicionales, incluyendo la divulgación de información, la identificación de clientes y los requisitos de calificación profesional. Las autoridades reguladoras deben contar con recursos suficientes y autorización legal. Asegurar que el sistema financiero tradicional y la economía real puedan responder de manera efectiva a los impactos de los activos criptográficos es clave para reducir el riesgo económico global.
Riesgos de que los activos criptográficos sustituyan a la moneda fiduciaria
En las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMED), las criptomonedas pueden reemplazar a las monedas locales para las transacciones físicas y financieras, un fenómeno conocido como "criptoización", similar a la dolarización y la euroización. Debido a la alta inflación o la falta de confianza en la moneda local en algunas regiones, los residentes y las empresas tienden a tener activos monetarios más estables o a pedir préstamos en moneda extranjera para disfrutar de tasas de interés más bajas. Sin embargo, esto podría dar lugar a problemas macroeconómicos, como el debilitamiento de los mecanismos de transmisión de la política monetaria, el crecimiento económico y la inflación limitados por las políticas monetarias extranjeras, y el riesgo de un aumento de los pasivos en moneda extranjera debido a la depreciación de la moneda local.
Los riesgos de la criptoassetización pueden incluso superar a los de la dolarización y la euroización. El uso generalizado de las criptomonedas como medio de pago o reserva de valor puede desencadenar inestabilidad e ineficiencias macroeconómicas. En casos extremos, como Venezuela y Zimbabue, la alta inflación ha llevado a los usuarios a considerar las criptomonedas como una alternativa a su moneda nativa. Los precios de los criptoactivos son muy volátiles, y si las criptomonedas se utilizan para un gran número de transacciones diarias, pueden provocar oscilaciones bruscas en los niveles de precios y la inflación, y el rendimiento económico se ve influenciado por la demanda especulativa en los mercados globales más que por los fundamentos nacionales. El caso de 2021 del intento de El Salvador de utilizar Bitcoin como moneda de curso legal muestra que existen importantes desafíos para tales prácticas (Álvarez et al., 2022).
De hecho, la adopción de criptomonedas en algunos mercados emergentes ya ha superado a la de los países desarrollados. Los datos de Chainalysis (2024) muestran que la tasa de uso de criptomonedas es más alta en India, Nigeria e Indonesia. Los usuarios locales pueden realizar transacciones reales para evitar el sistema financiero existente y el riesgo de la moneda local, o pueden especular. Las stablecoins que utilizan son principalmente denominadas en dólares estadounidenses o euros, lo que ha creado nuevos canales de dolarización y euroización. Una vez que las criptomonedas o stablecoins se utilicen ampliamente para transacciones reales, cualquier fluctuación de los activos relacionados podría tener un efecto de transmisión en la economía en general. Por lo tanto, los reguladores pueden limitar el uso de criptomonedas a través de regulaciones, controles de capital y medidas fiscales para reducir el riesgo.
Proteger a los participantes del mercado en el ecosistema de finanzas descentralizadas (DeFi)
Con el rápido crecimiento del número de inversores en DeFi y el tamaño de los fondos, la atención de los reguladores sobre la protección del inversor ha aumentado. La regulación debe basarse en las funciones económicas realizadas por los protocolos DeFi, identificar actividades y entidades específicas, establecer reglas correspondientes y considerar las características descentralizadas de DeFi. El enfoque debe centrarse en las entidades que controlan realmente los protocolos DeFi y en las aplicaciones descentralizadas (Dapps) que son principalmente utilizadas por los usuarios minoristas.
La regulación puede basarse en dos pilares principales: primero, reglas similares a las de las finanzas tradicionales, que exigen la divulgación de información fuera de la cadena, establecen estándares mínimos para los productos y servicios, así como requisitos de cualificación profesional para los participantes (como desarrolladores y equipos de gestión); segundo, aprovechar la información en cadena y la funcionalidad de ejecución automática de los contratos inteligentes, incorporando algunas reglas regulatorias directamente en los contratos inteligentes para lograr el cumplimiento automático, como garantizar la "mejor ejecución" de los precios de las transacciones y la divulgación de información, entre otros.
Además, los reguladores deben centrarse en la estabilidad general del ecosistema criptográfico, especialmente en el papel de las stablecoins. Como el núcleo de la transferencia de valor en el mercado cripto, la capacidad de las stablecoins para mantener su anclaje al dólar es crucial, lo que requiere una estricta regulación sobre los tipos de activos y los mecanismos operativos de las stablecoins, para garantizar que puedan cumplir con los pagos incluso bajo presión del mercado.
La protección del consumidor también es importante. Los datos muestran que los inversores minoristas a menudo persiguen ganancias a corto plazo durante la volatilidad del mercado, y que, durante la caída de precios en 2022, en realidad estaban más activos en el comercio, mientras que los grandes poseedores de criptomonedas ("ballenas") estaban vendiendo, y los pequeños inversores ("krill") estaban comprando, lo que refleja una tendencia de transferencia de riqueza de pequeños inversores a grandes inversores, revelando que el mercado de criptomonedas no es completamente inclusivo ni estable, sino que podría agravar la desigualdad de riqueza.
Cinco, Conclusión
Este capítulo analiza las funciones económicas de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi), y las compara con las finanzas tradicionales (TradFi). Los resultados muestran que los impulsores económicos fundamentales de DeFi no son diferentes de los de las finanzas tradicionales, pero sus características únicas —como los contratos inteligentes y la compositibilidad— presentan nuevos desafíos que requieren una intervención regulatoria activa para mantener la estabilidad financiera, al mismo tiempo que se fomenta el desarrollo de la innovación.
A medida que el ecosistema DeFi continúa evolucionando, las siguientes áreas merecen un estudio en profundidad. En primer lugar, hay que prestar más atención a la interacción entre DeFi y las finanzas tradicionales, especialmente en el contexto de la tokenización de activos reales, la aplicación de contratos inteligentes en las finanzas tradicionales y la aparición de nuevas formas de intermediación digital. En segundo lugar, el papel de las stablecoins en el apoyo al crecimiento de las DeFi y los riesgos que plantea su inestabilidad también deben analizarse en profundidad, incluida la evaluación de la estabilidad del propio ecosistema DeFi y sus posibles efectos indirectos en las finanzas tradicionales, y es especialmente importante establecer un marco de evaluación sólido. En tercer lugar, las implicaciones regulatorias de los protocolos totalmente descentralizados y las organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) siguen siendo cuestiones abiertas, y es necesario estudiar cómo las estructuras de gobernanza de las DAO afectan a la estabilidad financiera y cómo responden los reguladores a los sistemas verdaderamente descentralizados. Finalmente, es necesario comprender completamente el impacto macroeconómico de las criptomonedas en las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMDE), y explorar cómo prevenir los riesgos de la adopción generalizada de las criptomonedas a través de las monedas digitales de los bancos centrales, los controles de capital y las políticas fiscales, al tiempo que se promueve la innovación tecnológica.
Estas direcciones de investigación son de gran importancia para construir un sistema financiero futuro seguro e inclusivo.
El contenido es solo de referencia, no una solicitud u oferta. No se proporciona asesoramiento fiscal, legal ni de inversión. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más información sobre los riesgos.
Activos Cripto y Finanzas descentralizadas: su funcionalidad y el impacto en la estabilidad financiera
Autor: Matteo Aquilina, Giulio Cornelli, Jon Frost y Leonardo Gambacorta
Compilado por: Yan Zilin
En abril de 2025, el BPI publicó el artículo "Criptomonedas y finanzas descentralizadas: funciones e implicaciones para la estabilidad financiera", que explora el papel de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi) en la replicación de las funciones económicas básicas de las finanzas tradicionales (TradFi). También analiza los riesgos para la estabilidad financiera que plantea su mecanismo único. El documento revisa sistemáticamente desarrollos clave como los contratos inteligentes, los exchanges descentralizados (DEX), las stablecoins y las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC), y señala que, si bien sus impulsores económicos subyacentes son similares a los de las finanzas tradicionales, DeFi ha dado lugar a nuevos problemas como la asimetría de la información, los fallos del mercado y las "criptomonedas" en los mercados emergentes. Los autores proponen que la regulación debe diferenciarse, como la incorporación de reglas en los contratos inteligentes y el fortalecimiento de la supervisión de las stablecoins, para mitigar los riesgos sistémicos. Al mismo tiempo, el documento construye un marco regulatorio prudencial que tiene como objetivo promover la innovación y mantener la estabilidad del sistema financiero. El estudio también destaca futuras direcciones de investigación, como la mejora de la vinculación entre DeFi y TradFi, el impacto macro de las "criptomonedas" en las economías emergentes y la protección de los participantes del mercado DeFi. La parte central de la investigación ha sido compilada por el Instituto de Tecnología Financiera de la Universidad China Minmin.
I. Introducción
Blockchain se considera una innovación clave en la seguridad de los datos digitales. Aunque el concepto ha existido durante décadas, la primera cadena de bloques pública fue creada en 2008 por un individuo o grupo bajo el seudónimo de "Satoshi Nakamoto". Su fecha oficial de nacimiento es el 31 de octubre de ese año, que es la fecha de publicación del libro blanco de Bitcoin. Dos meses después, Bitcoin se lanzó oficialmente y su primer bloque se llamó "bloque génesis". Desde entonces, los criptoactivos han experimentado múltiples auges y caídas, y algunos de los primeros actores han acumulado una riqueza significativa como resultado, mientras que la mayoría de los inversores minoristas han sufrido pérdidas significativas.
Aunque los activos criptográficos aún no han logrado completamente la función de pago que se había imaginado originalmente, han hecho avances significativos desde su creación. Han surgido múltiples nuevas cadenas de bloques, y miles de activos criptográficos se han construido sobre ellas. La aparición de la cadena de bloques de Ethereum en 2015 se considera un avance tecnológico clave, ya que permite a los desarrolladores desplegar aplicaciones de software descentralizadas, lo que permite a los usuarios acceder a servicios financieros como transacciones y préstamos sin intermediarios, y esta serie de servicios se conoce como finanzas descentralizadas (DeFi).
Con el desarrollo de los activos criptográficos y DeFi, las autoridades regulatorias de varios países y organizaciones internacionales han comenzado a abordar los desafíos que presentan. Inicialmente, debido al tamaño relativamente pequeño del mercado de criptomonedas, la respuesta en el ámbito político se limitó principalmente a advertencias sobre sus características especulativas. Sin embargo, en los últimos años, a medida que el mercado se ha ampliado y se han profundizado los vínculos con el sistema financiero tradicional (TradFi), la intervención política ha ido en aumento. A nivel internacional, instituciones como el Banco de Pagos Internacionales (BIS), el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) han publicado varios informes y han propuesto recomendaciones regulatorias. A nivel nacional, las autoridades regulatorias también se han vuelto cada vez más activas, comenzando a desarrollar políticas específicas para abordar el crecimiento de las criptomonedas y DeFi.
Este capítulo tiene como objetivo explicar las funciones financieras que los activos criptográficos y DeFi intentan realizar, abarcando blockchain, activos criptográficos, aplicaciones DeFi, stablecoins y nuevas monedas de bancos centrales, entre otros contenidos, y construyendo un marco conceptual para evaluar su impacto en la estabilidad financiera, señalando que el marco regulatorio financiero tradicional existente puede ser aplicable a estas innovaciones tras los ajustes adecuados. Además, se explora la necesidad de implementar una regulación prudencial para los activos criptográficos, especialmente en contextos donde interactúan con el sistema financiero tradicional o se requiere una respuesta directa a los riesgos de DeFi, y se realiza una evaluación prospectiva sobre las direcciones futuras de investigación.
Dos, Innovación en Criptomonedas y sus Funciones Financieras
La blockchain tiene como objetivo reducir la dependencia de las entidades centralizadas para la verificación de transacciones, combinando criptografía con mecanismos de incentivos económicos. Su esencia es una base de datos distribuida de "solo adición", que registra continuamente bloques de datos ordenados, y es mantenida en conjunto por algunos participantes de la red (como mineros o validadores) para garantizar la integridad de los datos. Cada nodo posee una copia completa de la blockchain, asegurando la descentralización de la red.
En el sistema bancario tradicional, las transferencias de fondos dependen de intermediarios para completar la verificación de la cuenta y las transferencias de fondos. En el sistema blockchain, las transacciones son enviadas por los usuarios a un grupo de transacciones para ser confirmadas y transmitidas a toda la red. Los participantes de la red compiten para agregar nuevos bloques resolviendo acertijos criptográficos computacionalmente intensivos, y una vez que un nodo completa la verificación y escribe con éxito un nuevo bloque, otros nodos pueden verificar y actualizar rápidamente el libro mayor local para lograr el consenso de la red. El nuevo bloque contiene el resumen cifrado del bloque anterior, formando una estructura de cadena para garantizar que cualquier manipulación deba ser aceptada por toda la red, a fin de garantizar la irreversibilidad y la resistencia a la manipulación de los datos. Para incentivar a los nodos a participar en este proceso intensivo en recursos, el sistema ofrece criptomonedas recién emitidas o tarifas de transacción pagadas por el usuario como recompensa.
A pesar de que el objetivo inicial de las criptomonedas era servir como medio de pago, su función de pago aún no se ha realizado de manera amplia. En la realidad, muy pocos hogares utilizan criptomonedas para pagar bienes o servicios. En contraste, el papel de las criptomonedas en las actividades especulativas es mucho más significativo. La intensa volatilidad de los precios ha atraído a una gran cantidad de inversores en busca de altos rendimientos, especialmente durante los períodos de aumento de precios, donde la frecuencia y cantidad de usuarios que utilizan plataformas de intercambio de criptomonedas han aumentado significativamente, mostrando una alta relación de interconexión entre las tendencias de precios y la actividad de los inversores. En general, los activos criptográficos se han utilizado principalmente para inversiones de alto riesgo, en lugar de pagos cotidianos.
Después del nacimiento de la cadena de bloques de Bitcoin, el ecosistema de las criptomonedas se expandió rápidamente, y el primer desarrollo importante fue el auge de los intercambios de criptomonedas, que permitieron a los usuarios intercambiar Bitcoin por monedas fiduciarias, atrayendo a una gran cantidad de nuevos usuarios e impulsando la volatilidad de los precios. Posteriormente, Ethereum se lanzó en 2015, y su principal innovación radica en la introducción de los "contratos inteligentes", que permiten a los desarrolladores desplegar aplicaciones descentralizadas en la cadena para la ejecución de transacciones automatizadas activadas condicionalmente. Este mecanismo ha llevado a la formación de un ecosistema de finanzas descentralizadas (DeFi).
La arquitectura técnica de DeFi se puede dividir en cuatro niveles: blockchain, contratos inteligentes, protocolos y aplicaciones descentralizadas (Dapps). Los protocolos están compuestos por múltiples contratos inteligentes, que sirven para propósitos específicos, como el comercio descentralizado, los préstamos y la gestión de activos; mientras que las Dapps proporcionan a los usuarios interfaces intuitivas, simplificando la interacción con los protocolos, y son el punto de acceso real en el sistema DeFi.
Los sistemas DeFi intentan replicar seis funciones centrales de las finanzas tradicionales: liquidación de pagos, agregación de fondos, asignación de recursos en el tiempo, gestión de riesgos, descubrimiento de precios e integración de información, así como mitigar el problema de asimetría en los incentivos. Por ejemplo, los intercambios descentralizados (DEXs) soportan transacciones de activos sin intermediarios, simulando la función de descubrimiento de precios del mercado; los protocolos de préstamos proporcionan la asignación de fondos a través de sobrecolateralización; las plataformas de gestión de activos y la agricultura de rendimiento permiten a los usuarios invertir conjuntamente y arbitrar entre múltiples plataformas, replicando los mecanismos de recaudación de fondos y asignación de activos en las finanzas tradicionales; además, los protocolos de derivados y seguros corresponden respectivamente a la función de gestión de riesgos.
Sin embargo, a pesar de que DeFi imita estructuralmente las finanzas tradicionales, su papel en la economía real sigue siendo muy limitado. Actualmente, DeFi prácticamente solo sirve a la ecología interna de las criptomonedas y no ha apoyado de manera efectiva la financiación de la economía real, la cobertura de riesgos o la comercialización de productos innovadores. Al mismo tiempo, las actividades de DeFi son altamente especulativas, y los usuarios participan en el comercio principalmente con el objetivo de obtener una apreciación de los tokens. Esta característica de "auto-ciclo" limita su extensión funcional y también resalta la brecha entre su efectividad real y la conexión económica con las finanzas tradicionales.
Las stablecoins son una clase de tokens criptográficos diseñados para lograr un intercambio equivalente con monedas fiduciarias como el dólar estadounidense, con el objetivo de proporcionar la capacidad de canje uno a uno bajo demanda. Debido a su estabilidad de precios, las stablecoins suelen considerarse más seguras que las criptomonedas no garantizadas y se promocionan ampliamente como un medio de intercambio clave en el ecosistema criptográfico.
Según el mecanismo de mantenimiento del valor, las stablecoins se pueden dividir en tres categorías:
La primera categoría son las stablecoins respaldadas por moneda fiduciaria, como Tether y USD Coin, que dominan el mercado. Estas stablecoins utilizan activos denominados en dólares a corto plazo (como bonos del Tesoro de EE. UU., papel comercial de alta calidad, acuerdos de recompra y depósitos bancarios) como reservas, y su estructura de activos es muy similar a la de los fondos del mercado monetario (MMFs).
La segunda categoría son las stablecoins respaldadas por activos criptográficos, como Dai, que utilizan criptomonedas en lugar de moneda fiduciaria como garantía para mantener su valor anclado, donde las "stablecoins descentralizadas" dependen aún más de contratos inteligentes para gestionar automáticamente las garantías criptográficas.
La tercera categoría son las stablecoins respaldadas por algoritmos, como el ya colapsado TerraUSD, que ajusta la oferta de tokens a través de algoritmos para lograr un anclaje de precios. Sin embargo, en la práctica, este mecanismo es vulnerable a los choques de la confianza del mercado, lo que conlleva graves riesgos sistémicos.
Si bien las stablecoins a menudo se promocionan como una herramienta para facilitar los pagos transfronterizos y eludir las altas tarifas de los sistemas tradicionales, en realidad, sirven más como una rampa de entrada a los mercados DeFi y de criptomonedas. Además, no hay pruebas concluyentes que respalden su función de "activo refugio". Estudios recientes han demostrado que las stablecoins respaldadas por fiat, que representan más del 90% del total, también han experimentado salidas ante las perturbaciones del mercado de criptomonedas y de la política monetaria de Estados Unidos, lo que sugiere que son incapaces de proporcionar una mitigación eficaz del riesgo durante las turbulencias del mercado.
Además de las monedas estables, las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) como nuevas herramientas de pago digital también están avanzando rápidamente a nivel mundial. Las CBDC se valoran en la moneda nacional y constituyen una obligación directa del banco central, pudiendo considerarse como una forma digital de efectivo físico o reservas de bancos comerciales.
Las CBDC se dividen principalmente en dos categorías: una es la CBDC mayorista, que se utiliza para las transacciones entre instituciones financieras, y algunas utilizan la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) y la tokenización, que pueden considerarse como "reservas tokenizadas del banco central"; La segunda es una CBDC minorista, que está orientada al público en general (hogares y empresas) y es funcionalmente similar al dinero electrónico. A diferencia del dinero electrónico existente, las CBDC minoristas están respaldadas directamente por el banco central y tienen una mayor seguridad crediticia.
Actualmente, solo tres países en el mundo, las Bahamas, Nigeria y Jamaica, han lanzado oficialmente CBDC de tipo minorista, y más de 25 países han entrado en la fase de prueba. La investigación ha encontrado que las economías con alta penetración de tecnología móvil y gran capacidad de innovación también tienen un mayor avance en sus CBDC; los CBDC minoristas son más fáciles de implementar en países donde la economía informal tiene una gran proporción, mientras que los CBDC mayoristas están correlacionados positivamente con el nivel general de desarrollo financiero.
A nivel de diseño, las CBDC reflejan la diversidad. En primer lugar, en cuanto a la arquitectura del sistema, la mayoría de los países prefieren un modelo de "arquitectura híbrida" o de "dos niveles", en el que el banco central se encarga de la emisión y la contabilidad, y el sector privado se encarga de los servicios de interfaz con el cliente. Un puñado de países están explorando una arquitectura "directa" que pueda aplicarse al objetivo de la inclusión financiera. En segundo lugar, la infraestructura puede basarse en bases de datos centralizadas tradicionales o tecnologías de contabilidad distribuida, y la mayoría de los bancos centrales prefieren soluciones que equilibren la eficiencia y la resiliencia. En tercer lugar, en términos de mecanismo de acceso, el banco central comercia entre el "sistema de cuentas" y el "sistema de tokens", y la mayoría de ellos exploran el sistema de cuentas o el modelo híbrido: las transacciones pequeñas se pueden utilizar de forma anónima y las transacciones grandes deben identificarse. Por último, el diseño del uso transfronterizo también ha atraído cada vez más atención, y cada vez más proyectos han comenzado a considerar el uso de no residentes y los escenarios de pago transfronterizos.
En general, el desarrollo de las CBDC muestra que los organismos reguladores están tomando medidas activas para mejorar la eficiencia de los pagos, fortalecer la soberanía monetaria y adaptarse a las tendencias digitales. Las elecciones de diseño también reflejan una consideración integral de la tecnología, la flexibilidad y los objetivos de política.
Tres, la base teórica de la regulación prudencial de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas
La base clásica de la regulación del mercado en la teoría económica radica en la existencia de "fallas del mercado", es decir, el mecanismo de funcionamiento del mercado por sí mismo no puede lograr la asignación óptima de recursos, lo que requiere intervención política para mejorar la eficiencia general. Esto es especialmente cierto en los mercados financieros, ya que dependen en gran medida de la simetría de la información, los mecanismos de confianza y la estabilidad del sistema. Una vez que estas condiciones se ven comprometidas, el mercado puede generar externalidades graves, lo que a su vez puede impactar en toda la economía.
Esta lógica de regulación también se aplica a nuevos intermediarios financieros como DeFi. Aunque los sistemas DeFi utilizan una arquitectura innovadora, todavía existen múltiples fallos potenciales en el mercado durante su funcionamiento, incluyendo, pero no limitado a, asimetría de información, distorsiones en los mecanismos de incentivos y externalidades sistémicas. Por esta razón, el ámbito de las finanzas criptográficas también necesita implementar una regulación prudente correspondiente para mitigar los riesgos derivados de estos fallos, prevenir que el comportamiento individual evolucione hacia un impacto sistémico y mantener la estabilidad de todo el sistema financiero.
La externalidad se refiere a los costos o beneficios que una transacción genera en terceros que no participan en la transacción. En los mercados financieros, la externalidad negativa puede ser extremadamente grave, incluso llevando a un colapso total del mecanismo de intermediación financiera. Los problemas de información son una fuente importante de externalidad, manifestándose en que la información que poseen los participantes del mercado no es suficiente para respaldar decisiones racionales, o que una de las partes en la transacción tiene información asimétrica en comparación con la otra parte antes y después de la transacción.
Una forma típica de externalidad en los mercados financieros es el "efecto dominó de incumplimiento": cuando una parte incumple, su contraparte, al sufrir pérdidas, también puede verse incapaz de cumplir, lo que provoca inestabilidad sistémica. Debido al papel central del sistema financiero en la asignación de recursos, dichos incumplimientos en cadena pueden extenderse a la economía real, como una drástica reducción en la oferta de crédito, lo que a su vez puede inhibir el crecimiento económico. Más importante aún, este daño a menudo afecta a entidades que inicialmente no estaban relacionadas con el evento de incumplimiento, haciéndolas asumir costos externos. Precisamente porque los costos de incumplimiento pueden ser externalizados, las instituciones financieras a menudo enfrentan un desequilibrio de incentivos, inclinándose a asumir mayores riesgos.
Los eventos de volatilidad en los mercados financieros en los últimos años indican que los incumplimientos en cadena no son el único canal generado por externalidades. Una gran cantidad de instituciones financieras no bancarias también pueden convertirse en fuentes de inestabilidad, especialmente durante el proceso de desapalancamiento, donde sus acciones de venta de activos pueden provocar una caída en espiral de los precios, formando lo que se denomina "externalidad monetaria".
Las externalidades sistemáticas están ampliamente presentes en las diversas funciones del sistema financiero, especialmente en las funciones de pago y liquidación y en la asignación intertemporal de recursos. Si la primera falla, tendrá un efecto en cadena sobre otros aspectos del sistema financiero; la segunda, debido a la alta interconexión de la red de relaciones crediticias, es más probable que provoque un efecto contagioso en caso de incumplimiento. A pesar de que DeFi ha introducido contratos inteligentes y mecanismos de liquidación atómica, lo que ha reducido en cierta medida algunos tipos de riesgos de externalidad, los participantes clave del sistema (como las stablecoins y sus emisores) aún pueden convertirse en nodos de transmisión de riesgo sistémico, lo que requiere atención regulatoria.
Los problemas de información son ampliamente comunes en los mercados financieros, principalmente manifestándose en dos situaciones: la falta de información y la asimetría de información. En el ámbito de los activos criptográficos y las finanzas descentralizadas (DeFi), estos problemas son especialmente pronunciados, obstaculizando gravemente el funcionamiento eficiente del mercado y la adecuada asignación de recursos.
2.1. Información insuficiente
La información insuficiente se refiere a la falta de información crítica que necesitan los participantes en el mercado para tomar decisiones racionales, que puede deberse a la falta de incentivos para la divulgación o a la complejidad del propio producto financiero. Muchos productos financieros son multidimensionales y su verdadera calidad suele tardar mucho tiempo en hacerse evidente. En DeFi, un problema similar es particularmente pronunciado. Por ejemplo, el funcionamiento de un contrato inteligente depende de condiciones de entrada específicas, y su comportamiento se ajustará dinámicamente a medida que cambie el entorno económico, lo que dificultará que los usuarios predigan su rendimiento futuro. Al mismo tiempo, los inversores casi ignoran los antecedentes, las capacidades técnicas o las motivaciones de comportamiento del equipo de desarrollo detrás de la Dapp, e incluso si hay divulgación de información, es difícil juzgar su autenticidad y verificabilidad.
Otro desafío informático proviene del uso de los "oráculos". Los oráculos son responsables de llevar datos del mundo real fuera de la cadena a la blockchain para que los contratos inteligentes los utilicen. Sin embargo, si los oráculos realmente cumplen con el principio de descentralización sigue siendo controvertido. Un sistema de oráculos completamente descentralizado podría introducir mecanismos de consenso prolongados y complejos, lo que reduciría la eficiencia de las transacciones y aumentaría la carga computacional del sistema, perjudicando el rendimiento general.
2.2. Información asimétrica
La asimetría de información puede llevar a una disminución de la eficiencia del mercado, como una reducción en la producción, un deterioro de la calidad del producto e incluso provocar un colapso del mercado. En el ecosistema DeFi, la innovación de productos es rápida y la estructura es compleja, lo que dificulta a los usuarios distinguir de manera efectiva entre los diferentes proveedores de servicios basándose en la calidad, lo que permite que productos de baja calidad e incluso proyectos fraudulentos persistan durante mucho tiempo. A pesar de que los precios y los datos de transacciones en la blockchain son transparentes, los consumidores aún enfrentan problemas como la falta de información histórica, la dificultad de rastrear la reputación de los desarrolladores, la falta de documentos de divulgación sistemática y la ausencia de medios efectivos para comparar productos.
Además, muchas aplicaciones DeFi se basan en organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) para la gobernanza, cuya estructura interna es compleja y con responsabilidades y derechos poco claros, lo que dificulta a los usuarios externos identificar quién tiene el poder de decisión sustantivo, quién es responsable de los resultados de la gobernanza o quién posee ventajas informativas más allá de los usuarios regulares. Esto agrava aún más el problema de la asimetría de información, debilita la base de confianza del mercado y aumenta el riesgo sistémico.
La existencia de fallos de mercado no implica necesariamente la necesidad de una intervención reguladora. En algunos casos, el propio mecanismo de mercado puede mitigar el impacto del fracaso mediante la innovación tecnológica o el ajuste estructural, o el propio fracaso puede tener un impacto pequeño y no requiere una intervención sistemática. Por lo tanto, la necesidad de una intervención regulatoria debe juzgarse de manera integral sobre la base de las funciones del mercado, los tipos de fallas y las medidas de mitigación existentes.
Desde la perspectiva de la función económica, DeFi y las finanzas tradicionales (TradFi) se enfrentan a motivaciones regulatorias similares en muchos aspectos, como las externalidades sistémicas, la información insuficiente y la asimetría, pero existen diferencias significativas en los mecanismos de afrontamiento entre ambas. En términos de pago y compensación, TradFi mitiga los riesgos a través de la supervisión prudencial, el seguro de depósitos y el papel del prestamista del banco central de última instancia, mientras que DeFi puede lograr la liquidación instantánea, pero carece de un mecanismo de protección eficaz para los activos sistémicos como las stablecoins. En términos de agregación y asignación de capital, TradFi se basa en la divulgación obligatoria de información y en intermediarios fiduciarios para proteger los derechos e intereses de los inversores, mientras que DeFi se basa principalmente en contratos inteligentes y divulgación voluntaria (como libros blancos), y la calidad y transparencia de la información son generalmente bajas. En cuanto a la función crediticia y la gestión del riesgo, TradFi se centra en la supervisión prudencial, la presentación de informes reglamentarios y los mecanismos centrales de garantía, mientras que DeFi se basa en la sobrecolateralización y en los mecanismos on-chain para el control del riesgo, pero carece de una evaluación crediticia sistemática y de mecanismos de aplicación legal. En términos de agregación de información de precios y restricciones de incentivos, aunque DeFi puede lograr un cierto grado de integración de información a través de contratos en cadena, en la práctica, la divulgación selectiva de información es grave y falta el mecanismo de control de calidad.
3.1. Externalidades y riesgo sistémico
El mecanismo del mercado tiene una capacidad limitada para corregir externalidades, especialmente en situaciones donde los incentivos privados y sociales son inconsistentes. Por lo tanto, TradFi depende de la intervención del poder público para estabilizar el sistema a través de una regulación prudente, requisitos de gestión de riesgos, seguros de depósitos e intervención del banco central. En DeFi, por otro lado, los mecanismos de las stablecoins (especialmente las stablecoins algorítmicas) son frágiles y han experimentado múltiples eventos de colapso, constituyendo una fuente de riesgo de contagio para el sistema.
Además, el alto grado de anonimato en DeFi reduce las limitaciones de reputación de los participantes y mejora la motivación para los comportamientos de alto riesgo. La relación crediticia se basa en garantías muy volátiles y carece de un mecanismo de crédito del prestatario. Una vez que el mercado caiga, desencadenará la liquidación automática, que a su vez impulsará la depreciación simultánea de los activos colaterales de otras plataformas, formando una "externalidad de precios" y un bucle de retroalimentación sistémica. El alto grado de componibilidad entre los protocolos DeFi exacerba aún más la vulnerabilidad de la red, y las fallas de los nodos locales pueden tener un efecto de aumento en múltiples redes, causando una gama más amplia de choques en el sistema.
3.2. Problemas de información y mecanismos de divulgación
A pesar de que la blockchain en sí misma tiene un cierto grado de transparencia de la información, los sistemas DeFi todavía presentan deficiencias significativas en la mitigación de problemas de información. En primer lugar, la información disponible no significa que sea comprensible o utilizable. La divulgación de información necesita ser estructurada y estandarizada para ayudar a los usuarios a tomar decisiones racionales. Sin embargo, la forma de divulgación en DeFi a menudo es un "libro blanco" voluntario y no estandarizado, cuyo contenido es en su mayoría material de marketing, carece de garantía de veracidad y no es comparable. Peor aún, la información en el sitio web del proyecto a menudo no coincide con los términos que los usuarios realmente aceptan.
En segundo lugar, hay una gran brecha de información fuera de la cadena en DeFi, como la identidad de los desarrolladores, el historial técnico, los registros de cumplimiento, etc., que a menudo se ocultan, y los usuarios no pueden identificar su credibilidad o motivaciones de comportamiento. En casos más extremos, como el "rug pull", los desarrolladores huyen con los fondos después de emitir tokens. Este tipo de eventos también ocurren en TradFi, pero al menos los usuarios pueden responsabilizarlos a través de vías legales; mientras que en DeFi, debido a la anonimidad y la naturaleza transfronteriza, es casi imposible responsabilizarlos, lo que amplifica significativamente el riesgo de asimetría de información.
En resumen, aunque el sistema DeFi ha introducido nuevos mecanismos de mitigación de riesgos en algunos aspectos (como la liquidación atómica, la ejecución de contratos inteligentes, etc.), todavía presenta deficiencias en la divulgación de información, la distribución de riesgos, la estructura de gobernanza y el control de externalidades, lo que requiere urgentemente el diseño de un marco de intervención regulatoria que se adapte a sus características estructurales.
Cuatro, el marco conceptual del impacto en la estabilidad financiera
En el texto anterior se señala que la lógica regulatoria de las finanzas tradicionales (TradFi) también se aplica a las finanzas descentralizadas (DeFi). Sin embargo, en relación con los desafíos que presentan los activos criptográficos, existe un debate activo en el ámbito académico y regulador, centrado en cómo corregir la falla del mercado, sin sofocar el potencial impulso innovador y al mismo tiempo reducir eficazmente el riesgo para los participantes del mercado y todo el sistema financiero. Aquilina, Frost y Schrimpf (2024b) resumen las estrategias actuales de respuesta en tres caminos de alto nivel: "prohibición", "aislamiento" y "regulación".
La estrategia de "prohibición" es defendida en gran medida por los defensores de la opinión de que los criptoactivos y DeFi tienen poco valor real y plantean riesgos significativos para el sistema financiero y los consumidores. Sin embargo, esta sección se centra tanto en las estrategias de "aislamiento" como en las de "regulación", ya que una prohibición general no es factible ni redunda en beneficio de los interesados. Las prohibiciones son difíciles de implementar, en parte porque la naturaleza global de los criptoactivos permite que la industria se traslade fácilmente a jurisdicciones no prohibitivas; Al mismo tiempo, algunas aplicaciones de criptomonedas y DeFi contienen un potencial de innovación beneficioso y tienen un valor de aplicación futuro.
Sobre la estrategia de "aislamiento", su objetivo es separar los riesgos del sistema financiero tradicional del ámbito de las criptomonedas. Algunos partidarios argumentan que los reguladores deberían "dejar que los activos criptográficos se desarrollen y mueran por sí mismos", evitando otorgarles legitimidad a través de la regulación (Cecchetti y Schoenholtz, 2022a); mientras que el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS, 2022), que forma parte del Banco de Pagos Internacionales, se centra más en prevenir el riesgo de desbordamiento del ecosistema criptográfico hacia el sistema financiero tradicional.
La estrategia de "regulación" aboga por adoptar un marco regulatorio similar al de las finanzas tradicionales para abordar los problemas de fallos de mercado mencionados anteriormente (Makarov y Schär, 2022). Para explorar cómo implementar las estrategias de "aislamiento" y "regulación", se puede partir de los cuatro canales de transmisión de DeFi a la economía real identificados por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, 2023a): (1) la exposición de las instituciones financieras a los activos criptográficos, productos financieros relacionados y el impacto de los activos criptográficos en la economía real; (2) el efecto de confianza; (3) el efecto riqueza derivado de la volatilidad del valor de mercado de los activos criptográficos; (4) el grado de uso de los activos criptográficos en los pagos y liquidaciones.
Además, será interesante observar el uso potencial de contratos inteligentes en las finanzas tradicionales, los riesgos de la criptoización para las economías emergentes y en desarrollo (EMDE) y cómo proteger los intereses de los participantes del mercado DeFi incluso en ausencia de efectos indirectos significativos. En conjunto, estos factores constituyen una cuestión clave para la construcción de un marco regulatorio y de aislamiento de riesgos eficaz.
Actualmente, la conexión entre los activos criptográficos y las finanzas descentralizadas (DeFi) con las finanzas tradicionales (TradFi) y la economía real es bastante limitada, pero ha aumentado en los últimos años y podría seguir expandiéndose en el futuro. En 2024, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. aprobó ETFs relacionados con Bitcoin y Ethereum, facilitando la participación de los inversores y profundizando la conexión entre los bancos, los corredores y el mercado de criptomonedas.
La tokenización de activos reales también impulsará el desarrollo de esta conexión, digitalizando más activos y comerciándolos en DeFi. Las instituciones financieras tradicionales y la infraestructura, como los intercambios descentralizados, podrían integrarse gradualmente en el sistema financiero convencional. Esto no solo ampliará las conexiones existentes, sino que también podría generar nuevos riesgos y canales de transmisión. Por ejemplo, los eventos de presión en el sector bancario de EE. UU. en 2023 se debieron en parte a la exposición indirecta de los bancos a grandes actores del mercado de criptomonedas.
En cuanto a la regulación prudente, se debe adoptar una estrategia de "aislamiento" para prevenir que los riesgos de los activos criptográficos se propaguen hacia las finanzas tradicionales y la economía real. Las instituciones financieras, especialmente los bancos, deben establecer mecanismos de gestión de riesgos completos, prestando atención a la volatilidad de precios y a los riesgos de pasivos potenciales. Además, las aplicaciones de blockchain en áreas no financieras, como la gestión de la cadena de suministro, también deben tener la capacidad de enfrentar interrupciones del sistema y riesgos de ciberseguridad.
A medida que los activos criptográficos se fusionan más profundamente con las finanzas tradicionales y la economía real, las regulaciones relacionadas deben ser coherentes con las finanzas tradicionales, incluyendo la divulgación de información, la identificación de clientes y los requisitos de calificación profesional. Las autoridades reguladoras deben contar con recursos suficientes y autorización legal. Asegurar que el sistema financiero tradicional y la economía real puedan responder de manera efectiva a los impactos de los activos criptográficos es clave para reducir el riesgo económico global.
En las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMED), las criptomonedas pueden reemplazar a las monedas locales para las transacciones físicas y financieras, un fenómeno conocido como "criptoización", similar a la dolarización y la euroización. Debido a la alta inflación o la falta de confianza en la moneda local en algunas regiones, los residentes y las empresas tienden a tener activos monetarios más estables o a pedir préstamos en moneda extranjera para disfrutar de tasas de interés más bajas. Sin embargo, esto podría dar lugar a problemas macroeconómicos, como el debilitamiento de los mecanismos de transmisión de la política monetaria, el crecimiento económico y la inflación limitados por las políticas monetarias extranjeras, y el riesgo de un aumento de los pasivos en moneda extranjera debido a la depreciación de la moneda local.
Los riesgos de la criptoassetización pueden incluso superar a los de la dolarización y la euroización. El uso generalizado de las criptomonedas como medio de pago o reserva de valor puede desencadenar inestabilidad e ineficiencias macroeconómicas. En casos extremos, como Venezuela y Zimbabue, la alta inflación ha llevado a los usuarios a considerar las criptomonedas como una alternativa a su moneda nativa. Los precios de los criptoactivos son muy volátiles, y si las criptomonedas se utilizan para un gran número de transacciones diarias, pueden provocar oscilaciones bruscas en los niveles de precios y la inflación, y el rendimiento económico se ve influenciado por la demanda especulativa en los mercados globales más que por los fundamentos nacionales. El caso de 2021 del intento de El Salvador de utilizar Bitcoin como moneda de curso legal muestra que existen importantes desafíos para tales prácticas (Álvarez et al., 2022).
De hecho, la adopción de criptomonedas en algunos mercados emergentes ya ha superado a la de los países desarrollados. Los datos de Chainalysis (2024) muestran que la tasa de uso de criptomonedas es más alta en India, Nigeria e Indonesia. Los usuarios locales pueden realizar transacciones reales para evitar el sistema financiero existente y el riesgo de la moneda local, o pueden especular. Las stablecoins que utilizan son principalmente denominadas en dólares estadounidenses o euros, lo que ha creado nuevos canales de dolarización y euroización. Una vez que las criptomonedas o stablecoins se utilicen ampliamente para transacciones reales, cualquier fluctuación de los activos relacionados podría tener un efecto de transmisión en la economía en general. Por lo tanto, los reguladores pueden limitar el uso de criptomonedas a través de regulaciones, controles de capital y medidas fiscales para reducir el riesgo.
Con el rápido crecimiento del número de inversores en DeFi y el tamaño de los fondos, la atención de los reguladores sobre la protección del inversor ha aumentado. La regulación debe basarse en las funciones económicas realizadas por los protocolos DeFi, identificar actividades y entidades específicas, establecer reglas correspondientes y considerar las características descentralizadas de DeFi. El enfoque debe centrarse en las entidades que controlan realmente los protocolos DeFi y en las aplicaciones descentralizadas (Dapps) que son principalmente utilizadas por los usuarios minoristas.
La regulación puede basarse en dos pilares principales: primero, reglas similares a las de las finanzas tradicionales, que exigen la divulgación de información fuera de la cadena, establecen estándares mínimos para los productos y servicios, así como requisitos de cualificación profesional para los participantes (como desarrolladores y equipos de gestión); segundo, aprovechar la información en cadena y la funcionalidad de ejecución automática de los contratos inteligentes, incorporando algunas reglas regulatorias directamente en los contratos inteligentes para lograr el cumplimiento automático, como garantizar la "mejor ejecución" de los precios de las transacciones y la divulgación de información, entre otros.
Además, los reguladores deben centrarse en la estabilidad general del ecosistema criptográfico, especialmente en el papel de las stablecoins. Como el núcleo de la transferencia de valor en el mercado cripto, la capacidad de las stablecoins para mantener su anclaje al dólar es crucial, lo que requiere una estricta regulación sobre los tipos de activos y los mecanismos operativos de las stablecoins, para garantizar que puedan cumplir con los pagos incluso bajo presión del mercado.
La protección del consumidor también es importante. Los datos muestran que los inversores minoristas a menudo persiguen ganancias a corto plazo durante la volatilidad del mercado, y que, durante la caída de precios en 2022, en realidad estaban más activos en el comercio, mientras que los grandes poseedores de criptomonedas ("ballenas") estaban vendiendo, y los pequeños inversores ("krill") estaban comprando, lo que refleja una tendencia de transferencia de riqueza de pequeños inversores a grandes inversores, revelando que el mercado de criptomonedas no es completamente inclusivo ni estable, sino que podría agravar la desigualdad de riqueza.
Cinco, Conclusión
Este capítulo analiza las funciones económicas de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi), y las compara con las finanzas tradicionales (TradFi). Los resultados muestran que los impulsores económicos fundamentales de DeFi no son diferentes de los de las finanzas tradicionales, pero sus características únicas —como los contratos inteligentes y la compositibilidad— presentan nuevos desafíos que requieren una intervención regulatoria activa para mantener la estabilidad financiera, al mismo tiempo que se fomenta el desarrollo de la innovación.
A medida que el ecosistema DeFi continúa evolucionando, las siguientes áreas merecen un estudio en profundidad. En primer lugar, hay que prestar más atención a la interacción entre DeFi y las finanzas tradicionales, especialmente en el contexto de la tokenización de activos reales, la aplicación de contratos inteligentes en las finanzas tradicionales y la aparición de nuevas formas de intermediación digital. En segundo lugar, el papel de las stablecoins en el apoyo al crecimiento de las DeFi y los riesgos que plantea su inestabilidad también deben analizarse en profundidad, incluida la evaluación de la estabilidad del propio ecosistema DeFi y sus posibles efectos indirectos en las finanzas tradicionales, y es especialmente importante establecer un marco de evaluación sólido. En tercer lugar, las implicaciones regulatorias de los protocolos totalmente descentralizados y las organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) siguen siendo cuestiones abiertas, y es necesario estudiar cómo las estructuras de gobernanza de las DAO afectan a la estabilidad financiera y cómo responden los reguladores a los sistemas verdaderamente descentralizados. Finalmente, es necesario comprender completamente el impacto macroeconómico de las criptomonedas en las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMDE), y explorar cómo prevenir los riesgos de la adopción generalizada de las criptomonedas a través de las monedas digitales de los bancos centrales, los controles de capital y las políticas fiscales, al tiempo que se promueve la innovación tecnológica.
Estas direcciones de investigación son de gran importancia para construir un sistema financiero futuro seguro e inclusivo.