Durante su esperada charla en el EthCC en Cannes, Vitalik Buterin revisó la historia y los desafíos de la descentralización, enfatizando cómo la tecnología blockchain, y particularmente Ethereum, debe evolucionar para mantenerse fiel a sus principios fundacionales.
Buterin comenzó recordando cómo la visión original de la web 1.0 era la de un internet libre, donde cada usuario podía ser un editor y propietario de sus propios datos, sin intermediarios ni autoridades centrales.
Esta utopía, sin embargo, chocó con la realidad: la llegada de la web 2.0 llevó a la aparición de los llamados "jardines cerrados", plataformas cerradas donde unos pocos jugadores – grandi aziende tecnologiche – controlan el acceso, los datos y las reglas del juego. Las promesas de apertura y transparencia a menudo se han convertido en nuevos mecanismos de control y vigilancia, tanto por parte de gobiernos como de corporaciones.
Vitalik Buterin: de la tecnicidad a la responsabilidad social
Buterin citó el famoso ensayo “El carácter moral del trabajo criptográfico” de Philip Galizia, enfatizando cómo aquellos que trabajan en el campo de la criptografía deben asumir la responsabilidad por las implicaciones sociales de sus creaciones. El optimismo tecnológico – la idea de que la tecnología automáticamente trae beneficios – a menudo ha sido desmentido por los hechos: el progreso nunca es gratuito, sino el resultado de elecciones conscientes y acciones correctivas.
El ejemplo de la lucha contra la contaminación en las ciudades estadounidenses, según Buterin, demuestra que las mejoras tecnológicas ocurren solo cuando se reconocen los problemas y se toman medidas activas para solucionarlos. Aplicando este razonamiento al mundo de las criptomonedas, Buterin argumenta que la fase pionera – donde el objetivo principal era hacer crecer el espacio – ya ha terminado. Hoy en día, con la adopción de blockchain por grandes empresas y figuras políticas prominentes, el crecimiento por sí mismo ya no es un bien automático.
Descentralización: más allá de la retórica
Buterin distingue entre tres niveles de descentralización:
Nivel uno: descentralización como un valor declarado, pero no siempre realizado en la práctica.
Nivel dos: uso de tecnologías descentralizadas, sin embargo, sin garantizar la verdadera libertad a los usuarios.
Nivel tres: descentralización que resulta en libertad real para los usuarios.
La pregunta clave que hay que hacer, según Buterin, es:
“¿Realmente estamos haciendo a los usuarios más libres?”
Muchos proyectos, a pesar de utilizar tecnologías blockchain, aún caen en modelos centralizados, donde actualizaciones repentinas o puertas traseras pueden comprometer la seguridad y autonomía de los usuarios.
Ejemplos prácticos: interfaces, gobernanza, identidad y privacidad
Buterin proporcionó varios ejemplos concretos de cómo la descentralización puede ser traicionada en la práctica:
Interfaces centralizadas: incluso si el backend es seguro y descentralizado, una interfaz web gestionada por un servidor centralizado puede convertirse en el punto débil de todo el sistema.
Gobernanza en cadena: los modelos de gobernanza basados en tokens pueden degenerar en subastas de votación, favoreciendo la concentración de poder y socavando la verdadera participación democrática.
Gestión de identidad: el uso de pruebas de conocimiento cero puede mejorar la privacidad, pero si el sistema impone una única identidad por persona, existe el riesgo de exponer a los usuarios a la coerción y la pérdida de confidencialidad.
Privacidad: la privacidad no debería ser vista como una característica opcional, sino que la pérdida de datos como un error real. Las violaciones de datos pueden ocurrir tanto al escribir como al leer en la blockchain, y a menudo los protocolos no son lo suficientemente robustos.
Las pruebas fundamentales para la descentralización
Uno de los criterios más importantes propuestos por Buterin es la prueba de desistimiento: si todos los servidores de una plataforma desaparecieran repentinamente, ¿tendrían los usuarios aún acceso a sus activos? Solo los sistemas que superan esta prueba pueden considerarse verdaderamente descentralizados. Algunas billeteras y aplicaciones, como la billetera con privacidad integrada o el cliente Farcaster, permiten a los usuarios exportar sus claves y migrar libremente, representando ejemplos virtuosos.
Seguridad, base de computación de confianza e incentivos
Buterin invita a reflexionar sobre cuántos puntos de vulnerabilidad existen en un sistema: desde la posibilidad de actualizaciones centralizadas, hasta oráculos manipulables, hasta el número de líneas de código verdaderamente confiables. Reducir la base de computación confiable – es decir, la cantidad de código que debe ser confiado ciegamente – es fundamental para aumentar la seguridad.
Además, Buterin enfatiza la importancia de analizar la dinámica del juego creada por los protocolos: incluso los sistemas formalmente neutrales pueden favorecer la concentración de poder si no se diseñan cuidadosamente. El ejemplo de Android y el software de código abierto muestra cómo la libertad técnica no se traduce automáticamente en libertad real para los usuarios, debido a prácticas comerciales e instalaciones preinstaladas invasivas.
Un llamado a la acción para la comunidad cripto
Buterin concluye su discurso con un llamado a la comunidad: construir un ecosistema que sea digno de ser transmitido a las generaciones futuras, capaz de ofrecer apertura, libertad, privacidad y acceso sin permisos. Solo de esta manera Ethereum y la blockchain pueden evitar convertirse en otra tendencia pasajera o una herramienta en manos de unos pocos.
Finalmente, Buterin advierte sobre los riesgos de los incentivos sociales y las dinámicas de grupo que pueden llevar incluso a los proyectos más idealistas a transformarse en entidades autorreferenciales y cerradas. El desafío es mantener vivos los valores originales, promoviendo el código abierto, estándares abiertos, seguridad y resistencia a la censura.
Conclusión: la descentralización como un proceso, no como un estado
El discurso de Vitalik Buterin en Cannes representa un momento de reflexión para todo el sector. La descentralización no es un estado que se logre de una vez por todas, sino un proceso continuo que requiere atención, autocrítica e innovación constante. Solo de esta manera la blockchain puede cumplir la promesa de un internet más libre, seguro y justo para todos.
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Vitalik Buterin: “Ethereum, descentralización y el futuro de la blockchain”
Durante su esperada charla en el EthCC en Cannes, Vitalik Buterin revisó la historia y los desafíos de la descentralización, enfatizando cómo la tecnología blockchain, y particularmente Ethereum, debe evolucionar para mantenerse fiel a sus principios fundacionales.
Buterin comenzó recordando cómo la visión original de la web 1.0 era la de un internet libre, donde cada usuario podía ser un editor y propietario de sus propios datos, sin intermediarios ni autoridades centrales.
Esta utopía, sin embargo, chocó con la realidad: la llegada de la web 2.0 llevó a la aparición de los llamados "jardines cerrados", plataformas cerradas donde unos pocos jugadores – grandi aziende tecnologiche – controlan el acceso, los datos y las reglas del juego. Las promesas de apertura y transparencia a menudo se han convertido en nuevos mecanismos de control y vigilancia, tanto por parte de gobiernos como de corporaciones.
Vitalik Buterin: de la tecnicidad a la responsabilidad social
Buterin citó el famoso ensayo “El carácter moral del trabajo criptográfico” de Philip Galizia, enfatizando cómo aquellos que trabajan en el campo de la criptografía deben asumir la responsabilidad por las implicaciones sociales de sus creaciones. El optimismo tecnológico – la idea de que la tecnología automáticamente trae beneficios – a menudo ha sido desmentido por los hechos: el progreso nunca es gratuito, sino el resultado de elecciones conscientes y acciones correctivas.
El ejemplo de la lucha contra la contaminación en las ciudades estadounidenses, según Buterin, demuestra que las mejoras tecnológicas ocurren solo cuando se reconocen los problemas y se toman medidas activas para solucionarlos. Aplicando este razonamiento al mundo de las criptomonedas, Buterin argumenta que la fase pionera – donde el objetivo principal era hacer crecer el espacio – ya ha terminado. Hoy en día, con la adopción de blockchain por grandes empresas y figuras políticas prominentes, el crecimiento por sí mismo ya no es un bien automático.
Descentralización: más allá de la retórica
Buterin distingue entre tres niveles de descentralización:
Nivel uno: descentralización como un valor declarado, pero no siempre realizado en la práctica.
Nivel dos: uso de tecnologías descentralizadas, sin embargo, sin garantizar la verdadera libertad a los usuarios.
Nivel tres: descentralización que resulta en libertad real para los usuarios.
La pregunta clave que hay que hacer, según Buterin, es:
“¿Realmente estamos haciendo a los usuarios más libres?”
Muchos proyectos, a pesar de utilizar tecnologías blockchain, aún caen en modelos centralizados, donde actualizaciones repentinas o puertas traseras pueden comprometer la seguridad y autonomía de los usuarios.
Ejemplos prácticos: interfaces, gobernanza, identidad y privacidad
Buterin proporcionó varios ejemplos concretos de cómo la descentralización puede ser traicionada en la práctica:
Interfaces centralizadas: incluso si el backend es seguro y descentralizado, una interfaz web gestionada por un servidor centralizado puede convertirse en el punto débil de todo el sistema.
Gobernanza en cadena: los modelos de gobernanza basados en tokens pueden degenerar en subastas de votación, favoreciendo la concentración de poder y socavando la verdadera participación democrática.
Gestión de identidad: el uso de pruebas de conocimiento cero puede mejorar la privacidad, pero si el sistema impone una única identidad por persona, existe el riesgo de exponer a los usuarios a la coerción y la pérdida de confidencialidad.
Privacidad: la privacidad no debería ser vista como una característica opcional, sino que la pérdida de datos como un error real. Las violaciones de datos pueden ocurrir tanto al escribir como al leer en la blockchain, y a menudo los protocolos no son lo suficientemente robustos.
Las pruebas fundamentales para la descentralización
Uno de los criterios más importantes propuestos por Buterin es la prueba de desistimiento: si todos los servidores de una plataforma desaparecieran repentinamente, ¿tendrían los usuarios aún acceso a sus activos? Solo los sistemas que superan esta prueba pueden considerarse verdaderamente descentralizados. Algunas billeteras y aplicaciones, como la billetera con privacidad integrada o el cliente Farcaster, permiten a los usuarios exportar sus claves y migrar libremente, representando ejemplos virtuosos.
Seguridad, base de computación de confianza e incentivos
Buterin invita a reflexionar sobre cuántos puntos de vulnerabilidad existen en un sistema: desde la posibilidad de actualizaciones centralizadas, hasta oráculos manipulables, hasta el número de líneas de código verdaderamente confiables. Reducir la base de computación confiable – es decir, la cantidad de código que debe ser confiado ciegamente – es fundamental para aumentar la seguridad.
Además, Buterin enfatiza la importancia de analizar la dinámica del juego creada por los protocolos: incluso los sistemas formalmente neutrales pueden favorecer la concentración de poder si no se diseñan cuidadosamente. El ejemplo de Android y el software de código abierto muestra cómo la libertad técnica no se traduce automáticamente en libertad real para los usuarios, debido a prácticas comerciales e instalaciones preinstaladas invasivas.
Un llamado a la acción para la comunidad cripto
Buterin concluye su discurso con un llamado a la comunidad: construir un ecosistema que sea digno de ser transmitido a las generaciones futuras, capaz de ofrecer apertura, libertad, privacidad y acceso sin permisos. Solo de esta manera Ethereum y la blockchain pueden evitar convertirse en otra tendencia pasajera o una herramienta en manos de unos pocos.
Finalmente, Buterin advierte sobre los riesgos de los incentivos sociales y las dinámicas de grupo que pueden llevar incluso a los proyectos más idealistas a transformarse en entidades autorreferenciales y cerradas. El desafío es mantener vivos los valores originales, promoviendo el código abierto, estándares abiertos, seguridad y resistencia a la censura.
Conclusión: la descentralización como un proceso, no como un estado
El discurso de Vitalik Buterin en Cannes representa un momento de reflexión para todo el sector. La descentralización no es un estado que se logre de una vez por todas, sino un proceso continuo que requiere atención, autocrítica e innovación constante. Solo de esta manera la blockchain puede cumplir la promesa de un internet más libre, seguro y justo para todos.